
Cuando tenía 3 años dice mi madre que decidí tocar el violín porque lo ví en el programa de televisión de Rosa León. En aquella época roja de la tele, cuando todavía existía mi admirada Pilar Miró.
Yo recuerdo que cuando me ponía los casettes de Rosa León o de Victor Manuel y Ana Belén o todos aquellos de entonces, miraba por los agujeritos negros del altavoz en aquel radiocasete gris y todavía de aristas y esquinas marcadas y le decía '¡mira mami mira! Veo a los niños del público ahí, ¿los ves?'
Yo ya entonces empezaba a desear ser aquellos niños que demostraban cualquier talento por la tele.
...Y yo pensaba que todo empezó con Menudas Estrellas, pero no, venía de antes...
Yo recuerdo que cuando me ponía los casettes de Rosa León o de Victor Manuel y Ana Belén o todos aquellos de entonces, miraba por los agujeritos negros del altavoz en aquel radiocasete gris y todavía de aristas y esquinas marcadas y le decía '¡mira mami mira! Veo a los niños del público ahí, ¿los ves?'
Yo ya entonces empezaba a desear ser aquellos niños que demostraban cualquier talento por la tele.
...Y yo pensaba que todo empezó con Menudas Estrellas, pero no, venía de antes...
1991
A los 7 años empecé a tocar el violín. Era la más pequeña de mi clase y era tan chiquitita a su vez que los amigos de mis padres me chinchaban diciéndome "más vale que no has cogido el saxofón!" Y el caso es que a puntito estuve de apuntarme a saxo, pero ahí quedaba Rosa León marcada en cera.
Tenía un mini teclado Casio que me trajeron los reyes por aquella época con el que daba la tabarra a mi familia todo el día y con el que componía canciones con mi prima Elisa. ¡Teníamos un grupo!: 'Los Inquietos' y todavía me acuerdo de algunas canciones: "el arco de iris nos viene a anunciar la paz en el mundo amor y verdad". Muy de catequesis pero con solo unos 6 o 7 años. La letra era de mi prima que era muy ingeniosa y cantaba muy bien. Yo tocaba la pandereta, la maraca y le daba al 'on' del pianillo con el ritmo que hubieramos elegido.
Mi sueño siempre fue tocar la batería. Quería ser 'bateriísta' además de astronauta, pero como era hiperactiva mis padres siempre dijeron que NO a lo de la percusión. Después me las apañaría con el K'nex (ese juego que es como un mecano pero de los años 90, con palitos de colores), un lapicero enganchado terminado en una bola de papel y celo, la papelera metálica y unas paletas 'Tam-Tam' de playa además de la omnipresente pandereta navideña montándome mi propia "batería". Nota: Las baquetas también eran lapiceros. Y ahí me pasaba horas de siesta de mis padres dando el coñazo en mi cuarto.

En esa época llamé varias veces a Menudas Estrellas para ser Ana Torroja. Sí, lo admito. Todo hay que admitirlo cuando es verdad!! Nunca me cogieron la llamada. Siempre he pensado que soy gafe.
Después llegó The Kelly Family y en ellos representados mis sueños: tocaban todos los instrumentos, cantaban, bailaban, viajaban por el mundo entero, tenían el pelo laaargo. Eran Hippies!! y yo quería ser su hermana pequeña. Mis primas se enamoraban de los chicos de aquella familia. Yo también, pero si me daban a elegir elegía haber nacido entre ellos. Mis padres les odiaban, lógico, renegaba de mis progenitores...! la verdad es que era una obsesión bastante gorda la mía con "La Kelly" como les decíamos nosotras. Pero era bonita. Me duró tantos años... Sé tanto de sus vidas que podría escribir un libro, lo juro por lo que más quiero.
Mi tita tocaba la flauta travesera pero lo dejó. Aquella flauta también la heredé yo. Sabía tocar la canción de Titanic y acababa medio colocada de tanto soplar. Luego, sería el año 98... 12 años sí. Voy rápida pasando los años. Aquellas navidades llegó el momento del Teclado grande porque pensaba hacer grado medio de violín y me exigían Piano. Bueno, pasaba horas y horas con él, pero no conseguía coordinar mis manos!
Me metí en la orquesta de flautas del instituto. Sí, flautas Honer de esas. Inhumano. Imagínate decenas de adolescentes granudos y suprahormonados soplando flautas de plástico durante dos horas de ensayos. El director moría en el intento. Yo quise tocar los timbales. ¡Mi sueño! ¡Percusionista! y durante un año lo hice. Después ya dejaría la orquesta.

A los 14 con la adolescencia dejé el violín. Quería algo más moderno. Estaba harta de tanto Vivaldi, Bach... así que decidí empezar a robarle la guitarra a mi hermana hasta que me compré una.
Ya poco antes de irme de aquí hice una colección para componer música por ordenador y monté un 'pseudo grupo' con una amiga.
...
El caso es que la música siempre me ha acompañado (cuando era una cría mi padre también me regaló una armónica (es con hache o sin hache??...). Creo que me la trajo de Bélgica o Bruselas, no recuerdo, pero le tenía un cariño especial).
Para mí los instrumentos eran mi mejor regalo. La música va unida a mi persona inconscientemente, sin darme cuenta de por qué. Me transmite tantas sensaciones como un buen libro o peli o incluso mejores, porque mientras suena puedo hacer otras cosas. Me encanta la música en la calle, es como ponerle banda sonora a la vida...
Pero después de todo este repaso tan emotivo y parece que inventado (parezco el hombre-orquesta de Mary Poppins!!) queda decir que no sé tocar bien ninguno de estos instrumentos. Chapurreo de todo, como siempre, pero nada acabo.

Y sí, la verdad que el violín se me daba muy muy bien, pero no aprobé el examen de grado medio: los nervios siempre me han jugado demasiadas malas pasadas en los momentos decisivos de mi vida. Y como siempre, no puedo aceptar la derrota, el fracaso y lo acabé dejando, como dejé el piano abandonado en mi desván porque no ponía el empeño suficiente ni tenía paciencia para aprender poco a poco y bien, como murió la flauta travesera en un armario cuando me aburrí de ella y de aprender, como desapareció mi violín en otras manos a cambio de dinero cuando se me había quedado pequeño y no quise comprar otro...
Como la colección de composición de música por ordenador que nunca llegué a utilizar demasiado o el grupo aquel que nunca llegó a nada.
Como todo en mi vida!
Y ahora aparece un grupo de chicos que quiere que cante con ellos y me pongo feliz pero desconfío de mi aguate, de que sea capaz de seguir mucho tiempo sin aburrirme, de que sea capaz de soportar el esfuerzo que supone el ir poco a poco y no querer comerme el mundo en un día.
Y cuando siento que en clase de teatro no avanzo, pienso en tirar la toalla... porque al final siempre lo he hecho... y aunque sé que nunca la suerte estuvo de mi lado, ¿yo tampoco persigo lo suficiente mis deseos? ¿Sé realmente cuales son o son tantos que soy incpaz de centrarme?
Esta vez no. Ya no soy una cría. Voy a seguir y lo voy a conseguir. Lo tengo claro. Siempre fui una "adicta al arte". Siempre he desado demostrar que sirvo para ello... y aquí sigo, en mi casa, en pijama a las ocho de la tarde y escribiendo frente a una pantalla...
Ni siquiera le digo a casi nadie que sé escribir y que lo hago aquí.
2006
Creo que estoy madurando
al menos ya reflexiono sobre ello.
Mil quinientas melodias. Tantas canciones que conforman mi vida y de las cuales muchas no sé la letra exacta porque el pirateo al fin y al cabo nos hace daño. Pero música. Siempre música.