miércoles, julio 25, 2007

AYER DIJE DEMASIADAS SANDECES.

DE NUEVO MI LENGUA VIPERINA HABLÓ MÁS DE LA CUENTA Y AHORA ES CUANDO ME PARO A PENSAR LO QUE DIJE. MÁS VALE QUE SÓLO LO ESCRIBÍ Y NO ME DEJÉ LLEVAR POR EL IMPULSO DE DECÍRSELO, ¡CÓMO ME ESTARÍA ARREPINTIENDO PARA SIEMPRE! ¡Y MIRA QUE DESPUÉS DE ESCRIBIRLO ANOCHE ME SENTÍ MAL! PERO A VECES SON PEQUEÑOS SAPOS QUE SE HAN ATRAGANTANDO Y, O LOS ESCUPES, O CROAN TODA TU VIDA DENTRO DESAFINANDO CON AMARGURA CADA FRASE QUE SALE POR LA BOCA.

CHAU.


P.d: POESÍA SIN TÍTULO (que escribí mientras hacía tiempo para coger el avión a Málaga tomando una cerveza en la Casa de Granada, lugar que recomiendo, y que regalé a mi amiga, cutre de mí, por su cumpleaños porque en mi despiste, últimamente habitual, había olvidado comprarle nada...)

Cae fuego sobre Madrid
que quema el asfalto.
Arden las piedras que quedan
Atrás los muchachos.

Fuego que adquiere forma
humana cuando baja la Gran Vía.
Respiro las llamas que lamen
-Atrás los muchachos-
que rompen al fondo
la jauría.

(Espero a la niña
junto al mar
En unas horas)

Vuelo abierto al cielo
oscuro donde
alumbra con esmero la luz
de la ciudad en penumbra.

Viajo a las costas de Málaga y Cádiz
en busca del tiempo que expira quemado
Viajo a las costas
en busca de todo
a reencontrar los anhelos
que subliman
en la sangre evaporada del asfalto.

(Madrid, 5/VII/07)

martes, julio 24, 2007

"Refrite"


En spanglish
Refrito. Dícese de un montón de cosas sin coherencia que van juntas en un pack.

Hágome la maleta.
Voyme a Londres para un mes, en principio, a buscar algo que no sé qué es y costearme por mí misma la estancia. Por eso me llevo una maleta llena de ropa, cds y libros y unos cuantos currículums repetidos en Spanglish que entregar en hoteles y bares (o McDonalds, contra mis principios de adolescente 'la-más-comunista' que, como muchas, fui a conciencia hace pocos años).
La maleta "petada", que dice mi padre mofándose de un mecánico y su jerga, porque sí, porque me encanta la ropa aunque no me gaste mucho en ella ¿qué le vamos a hacer? Me encanta reutilizar cosas viejísimas y mezclarlas con otras de "moderna de mierda" (de esas que odio) y meterles un pantalón que he encontrado al fondo de un montón de telas baratas a finales de las rebajas en un Bershka de barrio y sí, me gusta mirarme al espejo y verme guapa como le gusta a cualquiera y no por eso soy, como cree mi profesora, La Masa de la frivolidad y superficialidad. La Masa pero con patas (con "patorras", que dirían otras).

Aquí va un "sapito":

Me dijo, ella, muy culta ella, muy ilustrada, sí, que me empezara a plantear "leer libros más profundos y ver otro tipo de películas menos comerciales". Ante mi cara de póquer y la vena del cuello, que suele palpitar ajena a lo que manda el ventrículo, (el ventrílocuo pensaría ella que las personas como yo diríamos) que empezaba a saltárseme del pellejo, mi otra profesora me hizo un gesto de: "No. Ni se te ocurra. Contrólate". Y es que si soy La Masa lo soy para todo y ya me iba a romper la camisa por el pecho en plan Hulk y a gruñir rrrooooaaarrrr pero, ante un acto de madurez inaudito en mí, me callé, me mordí la lengua y recordé otra frase que decía mi padre muchas veces cuando yo era pequeña y que siempre me llamó mucho la atención:
.
"La ignorancia es atrevida".
.
Y todo porque, según dijo, por las mañanas llegaba siempre con un periódico gratuito bajo el brazo. ¿Y ella qué coño sabrá si yo desayuno leyendo El País (La Biblia de los "ilustrados progres" como ella, que sí, que yo también leo a diario desde mi ordenador y sería hipócrita negarlo)? ¿Y por qué coño tengo que llevarlo debajo del brazo con la cabecera mirando hacia fuera para que se vea que soy una persona culta? ¿Y a santo de qué coño tengo que demostrarle los libros que me he leído o lo interesante que me resulta la influencia de el paisajismo veneciano en la obra del erudito japonés Guachu-Pei (acompañado de unas leves risitas tapadas con la palma de la mano "jojojo")?
¡Cómo odio la pedantería! ¡Que sí! Que también una persona como yo (tan básica la chica, tan mujer objeto) puede decir como comentario ante un ejercicio de clase
"es que yo soy muy sinestésica (jojojo)", pero no me da la gana (ea!). No me da la gana tener que demostrar a la gente que no sabe mirar más allá de las superficialidades lo que sé o dejo de saber, porque en realidad la superficial es ella, la frívola es la que te cataloga sólo por lo que ve de primeras sin interesarse en mirar más allá.
Ah! y también necesito decirlo: ¡el humor y la parodia, y los chistes negros y lo políticamente incorrecto, créeme, no es sinónimo de retrógrado ni de xenófobo ni de todas esas palabras tan biensonantes que tanto os llenan la boca al decirlas!
[¿Acaso no es surrealista (y divertido) encontrarte a las 8 de la mañana noticias en el Qué! como: "Wisconsin, una mujer mata a su hijo con una escopeta en su caravana porque le había pedido demasiado tabaco y ya no le quedaba"? (??!!)]
Ni El Jueves hace una parodia tan exagerada de la realidad que nos rodea.
(A todo esto, increíble, qué fuerte, la censura sobre El Jueves ¡y lo que me pude reír con su portada! Lástima no haberla comprado. Ahora resulta que va a ser histórica. En mis tiempos de 'la-más-comunista' la "rulábamos" por la parte de atrás de la clase, me acuerdo...)

En fín, todo en orden. Visita a los chinos, compras de última hora. Libras en mano. Invitación de despedida a mis padres a cenar. Dudas sobre si irme o no. Disfrutar de mi hermana en las últimas horas en España con ella antes de que se vaya una temporada a estudiar al extranjero (a lo mejor tiene que tener cuidado con la mujer asesina del tabaco de la caravana de Wisconsin).
El pantalón que aprieta por el relax del verano. La carrera matutina que me prometí hacer a diario que se quedará ya en simple promesa no cumplida. Las uñas de los pies pintadas de negro que están mal cortadas y una se me clava como un alfiler en el dedo gordo. Las carreteras que he recorrido con el coche y su ruido de hojalata. El ordenador que dejo aquí (prolongación de mi persona). La libreta que me llevo.

...

Bueno, creo que he escrito lo suficiente para el mes que me voy a ausentar, aunque seguro que la tentación me vence y me pierdo en las redes de algún Cyber regentado por Pakistaníes.

Por si mi avión cae al mar, se sale de la pista, trae de serie un islamista radical vestido de falla valenciana o símplemente un piloto imbécil, quiero que sepan mis más allegados que les quiero con locura.

Y hasta pronto.


I put myself free.

lunes, julio 23, 2007

VACACIONES


1-
Vuelvo de unas vacaciones familiares
de 3 días. Ha llovido. La lluvia nos persigue a los ciudadanos del norte dondequiera que vayamos. Es bueno saberlo para no echarte nunca una ...................................... "Eva mirando a la nada" Málaga '07

pareja de esta zona puesto que atraemos al mal tiempo. Por eso somos más fríos y reservados.


2-
Decía mi amiga que sueña con echarse un novio, que en sus fantasías ya ha pasado por su cama medio pueblo, que esto se tenía que acabar y que a ver p
or qué ella no conseguía un novio mientras que a su hermana parecían caerle del cielo uno tras otro. Y yo, que en mi frialdad norteña, debe de ser eso, huyo de los compromisos como del diablo, le digo que no diga tonterías y que, por otro lado, deje de ser tan borde con el género opuesto o si no seguirá quejándese exclusivamente por vicio, por el regusto que deja la queja para sentirte menos culpable por lo que no sale como soñabas pero tampoco te has empeñado en conseguir. Y no es que yo no me queje, siempre viene bien que te suban el autoestima unos ojos clavados en un bar a lo largo de una noche y hace tiempo que no sé de eso. Será que siempre acabo en lugares repletos de gays (bendita amistad) o símplemente que mi poder de seducción es nulo... y cuando de repente sientes que atraes a alguien, una vez conseguido ese reto, de nuevo llega la huida de todo compromiso, y así eternamente. Eternamente la aburrida autosuficiencia (autocomplaciencia).

3-
Y en estas que en la playa una noche no podía dormir, para variar, y como mis progenitores son de los que duermen con un oído en nosotras y otro en la fase REM, apenas podía move
rme de la habitación. Mil vueltas en la cama. Rascarse la planta del pie con el gotelé (mmmhhh). Soñar despierta con encuentros imposibles, con la ciudad que me acogerá a partir del miércoles, con futuros perfectos. Y la mente que no para, aunque este más relajada. En la tele, a la cual logro llegar casi levitando por el pasillo, ponen un concierto de Héroes del Silencio. Son las 5 de la mañana. El avión que se estrelló en Brasil en vez de frenar, aceleró. Con el pánico que me da volar y ahora sucede esto... y yo con un vuelo directo a Londres de 24 euros...
Autobús con alas.

...
Debía haber venido aquí c
on los amigos de la facultad. Les habría gustado.
Ardió todo menos nuestras casas semanas antes.

Cuando llovía estas tardes, los bosques calcinados de alrededor desprendían un olor repugnante entre hierro, ceniza, humedad... un olor raro.
Las persianas de los vecinos se doblaron por el fuego, pero nuestra casa quedó intacta.

...
Finalmente logré dormir hasta las 9.

4- Soy consciente de que cada vez que temo morir en alguna situación dura, prematura, miro las líneas de mi mano y veo que la de la vida es larga y se va haciendo más débil poco a poco. "No es mi momento", me digo, y me tranquilizo. ¡Vaya tontería! Pero el miedo a veces es tan absurdo como el placebo que nos metemos para ahuyentarlo.

5-
Y sí, po
rque por mucho que huyamos a la nada, por mucho que busquemos la paz en la playa, en otro país, en los hombres o incluso en nuestra propia casa materna, seguiremos siendo nosotros, tal y como somos aquí y allá, con nuestros miedos y soledades, paranoias y métodos infalibles para lograr la felicidad en 28 pasos.

Bien me mandó ayer una frase una gran amiga:

"The river is within us"

(...por mucho que trates de escapar de él...
no es el problema del lugar, sino de la persona...)

lunes, julio 16, 2007

Blasfemar ante lo obvio (es inútil)


Joder!

Cargada calle arriba con bolso-maleta-mochila, una asquerosa cucaracha anda desorientada en mi misma acera dándose golpes contra las juntas de los adoquines.
Lo que me faltaba para acabar bien el día.

En la estación de autobuses minutos atrás, un raro silencio se había apoderado de las escaleras mecánicas. Todo estaba como dormido. Un reencuentro con retraso de una pareja ante mí, en este silencio misterioso, en mitad de unas escaleras que bajan y las mías que suben, también se produce sin palabras, sólo miradas. En la taquilla una cola que no avanza y es la una y cuarto de la madrugada y el autobús sale en 15 minutos. No hay billete. ¡No hay una puñetera plaza para
ir a mi casa en un día como hoy y a estas horas! Titubeo y decido si comprar un ticket para mañana. El titubeo me hace perder el metro que volvía a la casa de la que había salido un rato antes. Bajo las escaleras mecánicas, y silenciosas, donde sólo parece estar vivo el vapor que lanzan los ventiladores de la entreplanta y yo (creo). 22 minutos de espera. El metro se estaba marchando en mis narices. ¡¿22 jodidos minutos!? Como odio las esperas bajo tierra, decido tomar otra línea que me deja cerca de casa y andar un rato calle arriba por esa acera que siempre me gusta recorrer.
Y las escaleras mecánicas que suben a la superficie que ya están apagadas.

Y los ascensores que dormitan fuera de servicio.

Dios, (de verdad alguien puede creer que hay "algo" "ahí" en estas situaciones?) si no fuese porque el estómago y los intestinos algún día de estos van a decirme 'hasta aquí hemos lleg
ado', me perdería en cualquier lugar a tomarme cualquier cosa.

No hay uno solo de los bancos que dejo atrás en mi camino a casa que no quiera convertir en una improvisada cama ahora. No quiero más asfalto, no quiero más la mierda esta de jaula subterránea que tengo por piso donde ni siquiera en pleno Julio puedes disfrutar del sol.


Quizá esté siendo todo esto la pequeña venganza po
r haber disfrutado demasiado este fin de semana. Mis neuronas todavía están atontadas e intentan asimilar la paliza a la que las sometí durante unas 10 largas horas cada día (cada noche) de música.

Me dí cuenta, en las vueltas a casa por la mañana estos dos días, de que miles de jóvenes 'occidentales' volvíamos en el primer metro, tras horas de placer y música, sucios, felices, extasiados y extenuados pensando en la cama en la que cobijarnos hasta la tarde de ese día que acababa de empezar (y que continuaría con más conciertos por la noche y más fiesta que disfrutar) y en esos mismos metros se montaban desperdigados suramericanos que muy limpios y espabilados iban ya a trabajar. 'Mira', me decía sola en el vagón de vuelta, 'esto si es un ejemplo vivo de la sociedad de hoy en día'. Y luego hay quien no quiere que vengan y se queja y dice que si tal que si cual que si delincuencia que si paro. Por favor, no seamos gilipollas además de vagos! ¿Quienes son los que pringan para que nosotros disfrutemos?
Hedonismo. Y yo pertenezco a esta generación.

Putos niñatos consentidos.

Y felices.

¡Obviamente!


No puedo dejar de pensar un sólo segundo. Me habla mi amiga y la escucho, pero mi cabeza de pronto, a la vez, está en su mundo y no para, y no para, y no para. Quiero gritarle 'PARA!' pero no puedo.


Y durante este largo camino de vuelta a casa tirando de la maleta y cargando con el bolso y la mochila, se me ocurre cómo escribir todo lo que quiero decir y trato de fijar frases en mi mente.

Y es entonces cuando una jodida cucaracha se me pone delante. Veo que anda como haciendo eses. Trago el grito que podía haber dado (por fin) y pienso en que está tan desorientada como yo.


Joder, pienso, ¿qué coño pretendo con mi vida?
En verdad ¿me va a venir bien irme a Londres?


Voy a coger el tren de las 7 de la mañana.
Paso, hoy no duermo.

Ya son las 4.

Who the fuck
you think you are?

martes, julio 03, 2007


Me voy a las costas de Málaga y Cádiz

A dejar pasar el tiempo

Permitirme permanecer quieta mientras pasan las horas alrededor.
(Como si le diéramos a un botón de cámara rápida de esos que mueven las nubes, las luces de los coches y de las autopistas y también las personas anónimas en masa.)

Me voy a las costas de Málaga y Cádiz.

Y no voy a decir nada más.

Al volver decidiré si Londres me espera.


Y ahora que viajo al norte huyendo de mí
(la culpa se sienta a mi lado y me recuerda
'No te librarás de mí')

domingo, julio 01, 2007

De silusiones.


Podría enganchar los intestinos a su cuello hinchado y amarrarlos a una viga que saliera del techo blanco y lleno de humedades, y apretarlos hasta morir.
Ya nada importa.

Y mientras cuelgan sus pies a varios centímetros del suelo y se balancea el cuerpo semi-inerte de lado a lado, emitir las últimas notas agudas de la agonía manchadas en sangre.


Un paréntesis en la existencia: pasan personas que conforman un periodo de tu vida y se van, desaparecen para formar, a partir de ese momento, ya solamente parte de tu pasado, y ese paréntesis que para tí ha sido algo intenso y muy importante, de repente ya no existe, se acabó. Lo que parecía que iba a ser algo imprescindible para siempre, se ha esfumado:

Se va lejos aquel que calentaba con su aliento mi espalda cuando hacía frío, hace ya algún tiempo.

Se quedan cerca (pero lejanos) mis viernes y domingos con ellos, 'mis chicos', mis compañeros del grupo. Esta sensación de ser útil y hacer algo donde sentir de verdad que soy capaz, muere también hoy con ellos, y me duele... más de lo que hubiera imaginado que dolería. Me doy cuenta que no es s
ólo el hecho en sí, sino la desilusión que conlleva el entregarte tanto a algo con tanta ilusión y ganas para darte, como siempre, por enésima vez, de bruces con la realidad. Muere con este curso que también se queda ya como parte del paréntesis que hoy se cierra.


Y no puedo hacer sino caminar en la noche por estas calles que tantas veces he recorrido de vuelta a casa esquivando el agua que lanzan las mangueras que llevan los barrenderos en sus camionetas.
Me trago el nudo que se ha formado en mi garganta desde que desperté desorientada esta mañana previendo el final de este periodo.
Y me asusto porque caigo en un agujero sin fondo rápido. Tan Rápido como pasan las horas hasta que tenga que coger el bus para volver a mi tierra.

Me planteo tantas cosas ahora mismo, tantas cosas sobre tantas otras, que sólo me queda mirar la imag
en grotesca de los pies a centímetros del suelo, de izquierda a derecha, de izquierda a derecha y callar y mirar al techo. No puedo llorar porque hace meses que se supone que soy demasiado feliz con mi vida. No, no lloro. No sufro ni padezco. Y me vuelvo de hierro y sólo trago nudos.
Al menos apretaré fuerte el de mi soga. Son sólo 7 metros de entrañas.


Crear para destruir. Crear para destruir. Crear para destruir. Crear...
Inexistencia.




No. Hoy no puedo poner música. Hoy no puedo...