martes, marzo 27, 2007

memoria // y sueño

...
Es leer todo lo que he escrito y darme cuenta de que este lugar ya me pertenece...
No es que quisiera hacerme de rogar diciendo eso el otro día, en absoluto, era algo que tenía casi decidido; pero leer de nuevo lo que he puesto aquí a lo largo de todo este tiempo supone el no perder consciencia de que soy yo la que escribe, la que vive... y muchas veces no me paro a pensar en ello. No soy consciente de que es verdad todo lo que veo, oigo, siento, hago... No sé si me explico.
He leído entradas que ya tenía olvidadísimas. Otras me gustaba tanto recordarlas que sí las había leído más, pero las menos importantes me han hecho recordar momentos pasados que si no ya hubiera olvidado...
y me sorprendo a veces de cómo pudieron ocurrírseme esas palabras a mi!

Pero anoche soñé raro. Un sueño que, una vez despierta, quise seguir recordando, de manera que repasé cada momento en mi cama antes de levantarme intentando guardar todos los detalles. En un primer momento dije: lo tengo q recordar para escribir en mi blog, pero justo depués: no, ya no hay blog... ya no... y ¡ qué lástima me dio!
Del resto, ya sois conscientes vosotros.

Mi padre era un dirigente ecuatoriano. Era un presidente de izquierdas al cual la 'Revolución Sandinista' pro-norteamericana (???) quería liquidar, pero esto ya había sucedido antes. Ahora, en mi sueño, era una especie de 'dejavú' que aceptábamos como tal. Ya sabíamos que a mi padre le cogerían y lo primero le triturarían un dedo con una batidora (como en los 'Goonies', en nuestra infancia), nosotras huiríamos atravesando la vía del tren del patio al porche de enfrente y nos esconderíamos tras las columnas. Ahí a una hermana pequeña le atraparían y le darían golpes con sus metralletas arrestándola mientras un hermano mayor y mi madre huirían (creo, de esto no estoy segura). A mi no me verían y yo estaba detrás de la columna de al lado de la de mi hermana, dándo vueltas a la misma y logrando huir pero impotente de no poder ayudarla mientras le arrestaban, le golpeaban y ella se encogía sobre su estómago de costado en el suelo. Yo lloraría impotente y vería el cadaver de mi padre en un charco de sangre en el porche de enfrente, que eran las escuelas del pequeño pueblo de mi madre. A la izquierda quedaba la Gran Vía madrileña.
Todos estábamos concienciados de esto. Lo aceptábamos y nos estábamos despidiendo entre lágrimas y abrazos, pero cuando llegaban los soldados, esa especie de marines sin rostro, sin rostro como en el cuadro de Goya pero armados con modernas escopetas, y mi padre les ofrecía el dedo para ser triturado, no sé cómo nos rebelábamos, dábamos vueltas a las columnas de ese porche en vez de cruzar al que debíamos y salíamos huyendo Gran Vía hacia arriba. Mi hermana tenía la misma naricita de cuando era pequeña. Era la niña de 5 años con el lazo sobre la cara que hace ya un tiempo fue pero más mayor. Aun así iba en brazos de mi madre. Mi hermano era un chico mayor que yo. No tenía rostro o no lo recuerdo. Mi padre, a la altura del primer teatro de Gran Vía me paraba y me empezaba a decir cosas que le iban mal de su ordenador, cosas que había estropeado y que no nos había dicho, que sabía que iba a morir y que confiaba en mí para arreglárselo. Yo le tapaba la boca llorando y le decía 'calla, calla', porque mi padre y su prolongación en forma de ladrillo informático siempre fue nuestro desencuentro. Y seguíamos huyendo hacia arriba. Mi padre y mi hermano se quedaban atrás y yo seguía a mi madre y mi hermana. Tenía tanto miedo de volver la cabeza hacia atrás que sólo veía mis pies y la calzada que avanzaba y avanzaba. Mirar para atrás era ver morir a mi padre o incluso morir yo. Era una carrera de avestruz: "si no veo yo, ellos no me verán". Seguía a mi madre y a mi hermana. Sabía que a mi padre le habían apresado. Era el destino, él tenía que morir y yo no podía dejar de llorar amargamente mientras huía (siempre la huída). En una bifurcación alzaba la mirada pero mi madre y mi hermana no estaban ya allí. Supuse que habían ido hacia arriba. También sabía, sentía, que habían sido apresadas y que si seguía tras ellas también me apresarían a mí y era tan cobarde que prefería desviarme para salvar mi culo y de pronto una sensación de soledad y desasosiego tremenda me invadía mientras cogía el camino de la derecha. Ya era de noche. Corría, corría, corría por las calles estrechas de casas bajas del pueblo de mi padre. Alguna otra vez habían aparecido estos caminos y casas, que se supone que son de ese pueblo, en mis sueños. Jadeaban los soldados detrás y por fin me adentraba exhausta por una fila de chalets y matojos, esta vez de 'mi pueblo', que quedaban a las afueras de la civilización, justo pegado al camino de piedras y barro que une el puente del poblado de escasos 300 habitantes donde creció mi madre con la estación de tren. Y allí había cientos de gatos y pinchos que me arañaban. Caía a una zarzamora que me abría el tobillo con una raja por donde salía el bulto que tengo desde que en mi viaje a Berlín le dí una patada a un bidón una noche jugando 'a futbol' por la calle. Los gatos me arañaban y maullaban y bufaban furiosos. Por fin lograba deshacerme de ellos pero uno pequeño con forma de zorro rosa fucsia igual que mis calcetines bajitos se sujetaba a mi mano con los dientes y las uñas, y por mucho que lo zarandeaba en el aire seguía mordiéndome y se aferraba a mis dedos haciéndome mucho daño. Se había hecho de día y volvía malherida al pueblo (esta vez era del que partíamos en el sueño, del de mi madre) por el puente, entrando por la carretera. Cojeaba. Se estaban celebrando las elecciones después del Golpe de Estado y mi prima salía del Casino del pueblo tras haber votado. Ella era grotesca. Si de normal no es muy agraciada, salía por la puerta con una cinta en el pelo muy gorda y mal puesta, el pelo marrón inerte despeinado y sucio, la barbilla hacia fuera y la cara llena de granos, gafas gruesas y los pantalones por encima del ombligo. Se agarraba la cintura con los brazos en jarra echando los hombros para delante y hablaba mal, como si fuese retrasada. Me decía que ya había votado y yo, con impotencia, pensaba en mi padre muerto. En que había tenido que morir y ellos no lo sabían o no les importaba, para que ellos hubieran ido hoy a votar. Por la carretera por donde yo había llegado venían con la luz del día mi madre y mi hermana heridas también y nos abrazábamos. Mi madre me decía que a mi hermana le habían torturado y echado aguafuerte en las heridas mientras le preguntaban 'qué sabía', pero que ella había aguantado el dolor como una campeona y todo el rato había contestado que 'no sabía nada' hasta que se dieron por vencidos y la dejaron irse. Me enorgullecía de ella. Sabía que si a mi me hubieran hecho eso hubiera cantado enseguida por miedo al dolor, al sufrimiento y a la muerte (y me ponía nerviosa porque yo hubiera condenado a mi padre), pero ella no es así, ella es valiente, madura...

Y no recuerdo bien el final. Creo que hubo dos, que mi cabeza no aceptó que mi madre dijera 'pobre tu padre, ya sabía que iba a morir' y acto seguido puso otro final alternativo que era algo así como 'sí, pero tranquila, todos hemos logrado salvarnos. Papá y tu hermano también están vivos'. Y nos abrazábamos de nuevo.
Y el despertador había sonado hacía media hora pero no podía dejar la historia sin terminar, no podía dejar el final en duda...

Estoy leyendo 'La plaza del diamante' que trata de la guerra y la posguerra. Del aguafuerte y los milicianos...
En mi última entrada renegaba de muchas personas en este lugar, pero siempre hay alguien que lo escribe y ese alguien tiene su propio subconsciente que no puede dejar de sacar en sueños cosas que se le quedaron grabadas antes, como en "La ciencia del sueño" saliendo después por la noche con 'un poquito de aquí, otro poquito de allá... y voilá'.

Freud dice que hay que matar al padre para superar los traumas, para lograr la libertad de la consciencia...

Qué lástima que no recuerde todos mis sueños.

Este es el principio de un nuevo rumbo en este lugar.
(Para empezar estoy escribiendo apenas pasada la media noche. Un pequeño paso
.)





Old beats, cold beats, I’m just cold meat
Runaway, runaway you want it
Runaway, runaway you want it
Runaway anyway you want it
Runaway, runaway you want it

miércoles, marzo 21, 2007

Basta... basta



ESTOY PENSANDO SERIAMENTE EN ABANDONAR ESTE LUGAR DURANTE UN TIEMPO MUY LARGO...

ESTOY PENSANDO EN TOMAR UN NUEVO RUMBO EN ESTE LUGAR QUE YA CONOCE TANTA GENTE

POR UNOS MEDIOS U OTROS YA HASTA MI FAMILIA HA LLEGADO A ÉL Y YO NO QUERÍA ESO.


NINA OLVIDO NO TIENE FAMILIA
NINA OLVIDO SÓLO EXISTE EN EL ESPACIO-TIEMPO DE ESTE MUNDO PARALELO
NINA OLVIDO AHORA TIENE CARA, RASGOS Y VIDA REAL Y NO ES CIERTO.

RECLAMO MI ANONIMATO, RECLAMO MI LUGAR AJENO A LO QUE HE SIDO SIEMPRE. MI EXISTENCIA ES PARA QUIEN YO QUIERO QUE LA SEPA.

(Y sin embargo esto también lo va a leer quienes nunca debían haber encontrado este lugar)

NECESITO AQUEL ANONIMATO DEL QUE NACÍ HACE YA UN TIEMPO!!!
Y NO QUIERO RE-DIRECCIONAR.
ESTOY PENSANDO EN EMPEZAR A METER SÓLO FOTOS QUE HAYA HECHO Y COMENTARIOS O HISTORIAS PARA ESTAS FOTOS...

¡PERO NO!, ¡NINA OLVIDO NO NACIÓ PARA ESTO!

...YO QUERÍA MI ALTER EGO Y AHORA YA NO TENGO DÓNDE EXPLAYARME...

Lo siento, pero esto ha perdido la gracia...

me da tanta pena...
y sé cómo llegó hasta ellos, lo sé y no fue por mis manos ni mi boca...
¿Hasta aquí he de perder el control?

Quizá vuelva, quizá no...

Nina-Olvido sigue viva... o no.



...More than half an hour before (it) began,
the end of of that lonely blues...

viernes, marzo 16, 2007

Room of white insects (one)


A las 3 de la mañana una cucaracha se paseaba junto a mi mano, justo al lado derecho del teclado del ordenador que apoyaba yo en el suelo y manejaba desde mi cama sin patas. Al principio me pareció una sombra de mi propia muñeca a la luz de la pantalla del portátil e hice la prueba de repetir el movimiento pero no, no había sido mi mano, de manera que levanté, temiéndome lo peor, el ordenador y ahí estaba alargada y negra; muy negra. Chillé en silencio ya que no quería contagiar de insomnio al resto de la casa y tras pensar que en caso de un ataque nuclear ellas sobrevivirían (luego son seres más fuertes que nosotros), mi primera reación fue volver a taparla con el ordenador. Me dije, si se queda debajo por lo menos ya no sale, pero las cucarachas son como fantasmas que atraviesan paredes y bajos de muebles donde apenas cabe un folio y salió por la izquierda de mi teclado. Saltaba en la cama impotente. Salí a por el 'Cucal' pero Irene lo había dejado dentro de su habitación cuando limpió durante el día y no quería despertarla. Es fácil decir "la matas con un zapato", pero sólo el ruido que hacen, el cruijido que conlleva su muerte, me da más terror que el propio bicho. Pensé escasamente en el pasillo y decidí coger la fregona y matarla con ella: eso amortiguaría el sonido de su "caparazón" al partirse y si no moriría ahogada. La dejé bajo la fregona después de cinco segundos apretando. Me fui a dormir al sofá con mi manta del Caprabo y el libro bajo el brazo.
Se me olvidó recordar todas las cosas que había pensado sobre el insecto y lo creí muerto bajo las tiras superabsorventes amarillas de la fregona.

ilusa...

Al despertar la mañana siguiente con el libro caído, la luz de la lámpara del salón encendida y picores por todo el cuerpo provocados por patas negras y pequeñas imaginarias, le pedí a Sandra que por favor matara a mi enemiga. Levantó la fregona mientras yo me rascaba compulsivamente y me escondía detrás de Irene pero la cucaracha ya no estaba allí. Moví toda mi habitación. La rocié con 'Cucal' intoxicando a todo ácaro valiente que habitara en mi cuarto, pero ella no apareció viva ni muerta. Miré esquinas, bajos y rodapiés pero nunca más apareció.
Pensé que quizá había sido producto de mi insomnio, una visión (cuando fui a taparla con el mocho de la fregona estaba desafiante con las patas delanteras levantadas y no sé si eso lo puede hacer una cucacracha).
Me asusté ¿Podría ser un Delirium Tremens?
Pero juro que ella estaba allí. Lo juro. Yo la ví. ¡Yo la tapé!

Sólo sé que desde el lunes temo meterme en mi cama sin patas a dos centimetros del suelo y que por las noches cuando sueño aparecen bichos en cualquier momento por ellos y me hacen encogerme en la cama creyendo que mis extremidades cuelgan por los costados.

Ya no abro la ventana.

Ya no ando descalza.

(De pronto siento mi vida en peligro.)

Cuando se lance la próxima bomba atómica, cuando nos quedemos sin agua que beber, sólo me acordaré de Alexandra (la he bautizado ahora mismo, sí) mientras agonizo. Jodida hija de puta.

Seguro que ahora, mientras me estoy rascando las huellas de sus patas que no dejo de sentir en mi espalda, se está riendo de mi desde su agujero, esperando al acecho para dominar el mundo.

You've got a devil inside. Devil inside.

lunes, marzo 12, 2007

Politiqueo

Me enerva la manipulación que nos meten por todos los medios.

Que le pongan a Rajoy un logopeda! Eso lo primero, porque ya que le tenemos que escuchar en cada telediario, por lo menos que no nos provoque que se nos quiten las ganas de comer con tanto silbidito y babilla acumulada en su paladar sin fondo.
Y por otro lado Zapatero 'no sabe/no contesta' indeterminado como siempre. Talante, talante... y en cuanto toma una decisión difícil, todo el mundo se le tira al cuello porque no es la costumbre.
Los de siempre aprovechan, al acecho, la más mínima demostración de debilidad para atacar. No importa lo que ellos hayan hecho antes, no importa en realidad el tema por el cual están en contra de lo dictaminado por el gobierno. Se la suda De Juana Chaos, como si la quiere palmar, pero ¡qué gran ocasión para vencer a la roja masoneria! Y se manifiestan en un mar de banderas, como si fuese el emblema de su opción política, haciendo que el resto de España siga identificando Su símbolo con el sector de la sociedad más retrógrada.
Vi niños de la mano de sus padres vestidos de 'Carlitos el de Cuéntame' (para defender más el concepto clásico de la sociedad supongo) ondeando pequeños banderines. Generaciones de una misma familia luchando por una misma idea que dudo que sepan bien de lo que va, pero que sintieron que era una forma de reclamar aquella España 'grande y libre'.
¿No se ve que el tema 'De Juana' ha quedado en un segundo plano cuando en las noticias hablan de la manifestación? ¿No nos damos cuenta de que lo que demostró esta manifestación es que nunca se cerrará la brecha izquierda - derecha que existe en nuestro país desde el comienzo de su historia moderna?


Me da miedo la polarización.
No estoy de acuerdo con la solución que se ha dado al caso del etarra, pero creo que el problema viene de más atrás, del hecho de que a un asesino de 25 personas sólo le impusieran una pena de 22 años de cárcel y luego pusieran excusas para volverlo a retener otros tantos años.
Y es normal que la gente joven en general esté de vuelta de lo político en nuestro país. No interesa. No gusta porque se nota la manipulación tanto de un lado como de otro, el oportunismo; porque no toca temas que nos involucren en política a una generación que ya nacimos con todas las libertades democráticas en nuestras manos.

Qué rabia me da todo!! Y qué necesidad de sentido común falta en la sociedad.
Cada día bajando las escaleras del metro pienso en lo borregos que somos todos: Gran manada...

Pero por favor, que le pongan un logopeda a Rajoy! Lo digo en serio.


Declare this an emergency... and pull us through

domingo, marzo 04, 2007

Berlín...


9 días en Berlín dan para menos de lo que creía.
El viento que entraba por todas las grandes esquinas de esas interminables avenidas nos dieron su más frío recibimiento. De pronto la URSS no había desaparecido, la gente se había recluído en sus casa de alguno de los barrios que las tuviera (porque hasta entonces tan solo veíamos embajadas, edificios de piedra y cuadriculados, plazas desérticas enormes...) y nosotros seguíamos andando, bajo tres capas de ropa, camino del Reichtag.
Pero anduvimos mucho más. En nueve días vimos por fin vida en esa ciudad. Sí, era diferente de lo que estamos acostumbrados aquí, pero nada de la bohemia que todo el mundo describía, nada de la vida alternativa de la ciudad más moderna de Europa. Creíamos que desde el primer día lo respiraríamos en cada uno de sus locales, de sus calles y pequeños comercios... y sí existía, por supuesto, pero nunca tanto como todos imaginábamos.
Berlín: Edificios derruídos junto a otros postmodernos de enormes crsitaleras cerca de un descampado donde una fábrica, en pleno centro de la ciudad, se ha convertido en discoteca. Casas de piedra sucia, preciosas, ocupadas y originalmente decoradas. Turcos que no entendían inglés pero que nos sonreían y entendían más que los arios reacios a los "españolitos tercermundistas"... y mucha fiesta, mucho buen humor, muchas amistades que descubrir y redescubrir.
Museos, Helmut Newton, rock, bares, cafés (para mi hiperactividad), Postdam, kebabs y cerveza, mucha creveza. Paseos matutinos solitarios, mercadillos, lluvia, ¡una gran congregación de punkis en nuestro albergue! enormes tiendas de segunda mano... peleas en restaurantes con alemanas judías (porque eran como Tío Gilito) y hasta un suicidio, momentos antes de coger el metro camino de vuelta al aeropuerto, vivido casi en directo.


Un gran viaje.

Tanta necesidad de desconectar... que me han dado ganas de tirar la toalla (una vez más) a la vuelta y no hacer nada. Vivir, VIAJAR!... ser feliz. Dejar de lado todo mi esfuerzo que siento caer en un pozo vacío porque no sé si va a servir de algo. Mis dias de estrés me llevan a crearme unas espectativas falsas porque pienso que todo este esfuerzo servirá algún día, tendrá una recompensa justa con todo lo que me cuesta ¡y en realidad no me está llevando a ningún lado seguro! (hasta mis más nuevos proyectos que me ilusionaban parecen tambalearse...)
No quiero volver a clase. Ahora mismo no tengo más ilusión que la que pueda tener un zapato inerte y cansado de ser usado día tras día para que otros lo pisen.

Pero bueno, pasará. Espero. Siempre se pasa. Será sólo este síndrome postvacacional inevitable.
Gran viaje. 6 grandes amigos (7 conmigo). Alguna decepción, alguna sorpresa, pero muy grandes.



¡He sido muy feliz!


long road out of here/ don't leave the light on/ I ain't comin' home