
Trato de entender todo lo que veo.
De ver todo lo que oigo.
De oir todo lo que trato.
¿Capaz de aislar los sentimientos de lo que percibes? Y aun hay quien dirá que no es frivolidad.
A veces, cuando has puesto toda la confianza en algo creyendo que hacías bien y de repente te encuentras con la espalda al borde del precipicio sin querer mirar abajo, una de dos: o cierras los ojos y esperas a que sea el viento quien decida hacia donde va a oscilar tu cuerpo, o das un paso al frente y, apartando a quienes te acorralaron hacia esa línea, sigues caminando a tu aire con la cabeza todo lo alta que aun te sea posible y quizá ya ajena para siempre a esas sombras que ahora tratan de olvidar que hacía unos segundos todavía miraban cómo te tambaleabas en el borde de la nada.
En fin.
¡Duele tanto dejar de ver (con los mismos ojos que antes mirabas) la amistad incorrupta, la belleza de las risas que creías amables y verdaderas, los abrazos que sentías reales, para darte de bruces con la realidad...! Duele no querer retomar lo que antes tanto disfrutaba: la CONFIANZA, cuando esta ya murió.
Y entonces la pompa de jabón explotó y al dar el aire en lo que había dentro, las cosas más preciadas empezaron a oxidarse. Y se corroía aquella ilusión que yo creía real.
Creía que nunca me sentiría fallada por alguien así. Lo creía tanto que me quedo sin palabras, que soy incapaz de manter una mirada amable mucho más tiempo de lo que dura un "¿qué tal?". Lo siento... pero NO.

No soy quién para decir cómo se debía actuar.
Sólamente expreso mi decepción ante el derrumbe de mis estructuras mentales del concepto.
(...pero ¿cómo lo iba yo a imaginar?...)
"sometimes I feel that I don't have a partner. Sometimes I feel that my only friend is the city I live in"

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