Presagiando lo que poco a poco estoy teminando por comprender...
Ya más calmada no escribo una elegía como fue mi primer impulso y ahora, no sé por qué, tan solo busco coincidencias inútiles o curiosas como ese título de mi última entrada, como que justo este fin de semana hubiera dos enormes conciertos llenos de vida en los que gritar y saltar, como que este nuevo ordenador haya nacido el mismo día...
La casualidad de que nuestro único medio de comunicación fueran estas páginas de cortocircuitos mentales, estas teclas negras que al final terminan en palabras que tú leías, que tú comprendías... ideas de las que esperaba siempre respuesta. Y ahora que las teclas vuelven a ser, después de tantos meses esperando, prolongación de mis dedos, proyección en una pantalla de mis pensamientos... justo, justo... justo...
Cuesta creer cosas así, sobre todo en la distancia.
Me quedo huérfana de pensamiento en mitad del camino. Crecí con los ojos abiertos y la mente despierta gracias a muchas de las cosas que me enseñaste y ha pasado el tiempo y todavía me quedaba demasiado por aprender.
¡Quedaba mucho por hablar y discutir contigo cuando dejase de ser una mocosa y pudiera estar en la posición de dar consejos! ¡De enseñar yo también! (cuando ya mi vida tuviese un sentido y no fuese sólo el proceso que tu has conocido...)
Y pienso, como todo el mundo habrá hecho a tu alrededor, en la familia que dejas atrás, en el niño que en verano me dijo asustado al quitarle el gorro a un muñeco de helado que su muñeco 'no tenía celebro'.
...En muchas cosas, en demasiadas.
Demasiadas imágenes que prefiero retirar de mi mente para no caer en el tono elegíaco que quería evitar.
...
Hoy uso puntos suspensivos porque un día me los criticaste por ponerlos en exceso en el periódico... Hoy escribo seria y escueta pero llena de fuego porque un día dijiste que cuando murieras querías que te fumasemos en pipa. Hoy sé que más de uno habrá pensado que debía haber sido más comprensivo con muchas cosas (la muerte nos hace a todos mejores personas), y tamién hoy, ya dos días después de que una llamada a deshora me hiciera preveer algo malo, creo que igual es excesivo escribir sobre tí y encima hacerlo así de mal, de raro... ¡me siento rara hoy escribiendo esto!
Pero no quiero dramatismos.
Quisiera haber podido estar ahí para decir por lo menos adiós.
Y ni tan siquiera.
Lo siento. Esto es lo máximo que he podido hacer por quien considero algo más que un profesor. Y es una puta mierda. Y es lo único que me queda como vínculo contigo. Y por eso salen palabras tan tristes.
(...¿Quién me leerá de verdad ahora?...)
¿Quién me va a entender mejor de lo que en ocasiones lo hacías tu? y ¿Cómo guardar la dirección de una página inmortal, infinita, que se queda perdida en el 'espacio-tiempo' de este universo virtual sin recordarte?
...
Hoy ya, poco a poco voy dándome cuenta de que sí, era cierto. Se acabó.
Te echaré de menos Jrub.

...Y el aire se volvió recio porque estaba lleno de ideas que ya solo quedarán ahí, en el aire...