lunes, agosto 06, 2007

Lost in Translation


Come with me, come with me, le dice. Y le sigue y entra gratis a un concierto para el que hacia cola en una calle centrica de Londres. Sin poder quitar los ojos de su mirada amarilla y llena de la ternilla tipica de las pieles de madera, thank you so much, thank you.

Las calles se llenan al atardecer alrededor de los barriles que dejan los pubs junto a sus fachadas. Rubios y casi albinos, enfundados en elegantes trajes, escupen pintas oscuras en la acer
a y rien grotescamente. Son elegantes, le gustan. Ellas toman vino blanco en copas peque~as. Estar sola en esos pubs abarrotados es una locura y le hacen sentirse todavia mas peque~a e insignificante en una gran ciudad.

- Si hubiera un Oscar a los zapatos mas bonitos se lo darian a los tuyos- dice.
- Tengo cara de espa~ola?
- Yo soy frances.
Y fuma en ese patio habituado al humo de aquellos que no pueden consumir sus pulmones dentro de la sala de baile. Comienzan a hablar porque los dos estan solos y no queda mas remedio que reir semejante piropo estupido sobre sus zapatos rojos de charol. Hablan rapido sobre cosas en comun. 5 minutos, el concierto empieza.

- Vienes conmigo?


Los primeros dias llovia y eso llenaba la ciudad de tristeza y preguntas retoricas sobre por que habia decidido venirse una temporada tan larga a una ciudad tan gris. Decenas de galerias, museos y tiendas que visitar. Estancia en un colchon hinchable en una casa donde no es bien acogida. La precariedad de la llegada solo podia ser soportada por las infatigables energias que da la novedad, pero los dias de 36 horas se notan cuando no dan tiempo a descansar. Recorrer todos los callejones y recovecos lleva horas. Chinatown recibe siempre a todo el mundo con los brazos abiertos y varios patos laqueados colgando de sus escaparates. Come junto a la entrada de un nightclub donde varias mujeres se desnudan para conseguir el dindero que ella ha venido a encontrar de alguna manera. A su lado un arabe habla con un movil ultima generacion y sujeta con su mano derecha la hebilla de un cinturon Dolce y Gabana en posicion de poder. El Soho y los colores del arcoiris y ella vagando calle arriba calle abajo buscando algo que no sabe todavia que es.

El concierto era psicodelico y mas cuando habia logrado entrar sin pagar. Ambos saltan y rien y de vez en cuando el la aupa a ella para que pueda ver bien al cantante en calzoncillos y medias de rejilla cantando en falsete junto a un gui
tarrista vestido de Angel caido lleno de purpurina a su derecha. Termina el concierto, vamos a algun lado a tomar algo. Yo conozco un sitio. Y dejan pasar como sin querer varios autobuses que les llevaban a casa. Hablan de todo, tienen horas que consumir.
Las vistas desde el autobus son preciosas de noche, la ciudad se convierte en un baile de luces, de neones, de autobuses rojos y gentes de todo tipo paseando juntos por las calles. Los ladrillos oscuros de las casas son ahora negros o rojos o azules segun la luz que los este iluminando. En el autobus se escucha espa~ol. Ellos tratan de entenderse en espa~ol, en ingles... Ambos estan perdidos en una ciudad que no es la suya.

- Cuantos a~os tienes?
- Cuantos crees?

Portobello Road
es el mejor mercado que existe.
Justo hoy hace sol y todo inglaterra parece querer alguna antiguedad que llevarse a casa. How much is it? Recorre los puestos de ropa y halajas y comida y sombreros. Hace sol! Y un grupo de cincuentones tocan un blues con un bajo hecho con un palo y una cuerda larga tensada dentro de un cubo que apoya en el suelo. Una chica se desmaya. Demasiado calor para la gente del norte.
Camden
tiene un canal bonito en el que poder despedirse de los amigos que dejan la ciud
ad antes que ella tomando algo mientra cae el dia y los barquitos entran y salen de los embarcaderos de esos bares.
Que c
aro es todo en una ciudad asi...

Y pasa la noche y llegan las 2. Para Londres, un jueves, eso es ya locura. La ultima cancion del bar ha sido de Nina Simone, que mejor manera de cerrar una noche de charla incongruente y necesidad de conversacion. Bailan solos entre decenas de personas que brindan sus copas, ella todavia lleva la careta de tigre que lanzaron desde el escenario durante el concierto. Se rozan pero sin tocarse. My baby don't care for me... Las luces se encienden y la noche se acaba. El ultimo bus de vuel
ta a casa vuelve a pasar sin que nadie, de nuevo, se suba en el. Nos veremos algun dia. Quizas (quizas, quizas)...
Y con dos besos en las mejillas y una respiracion contenida entre ambos besos, se despiden para volver a ver las luces de la noche, esta vez ya sola, desde el segundo piso de un autobus cualquiera en medio de esta ciudad donde todo el mundo es nadie y ese nadie se va pronto a dormir.


(A veces es esperanzador encontrar que en todos los rincones del mundo hay alguien como tu, que ha decidido hacer lo mismo en un mismo momento y en un mismo lugar.
Amante de las coincidencias...)


No one can know what I've done

But I have the sin over my head.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es lo que tiene una ciudad mágica como Londres, que en ella se producen situaciones increíbles, asombrosas, inverosímiles, fantásticas y todo lo que usted quiera añadir, pero siempre llenas de agradaables sorpresas, de oportunidades. Es una ciudad llena de ventanas que se abren una tras otra (y a veces, también, de puertas que se cierran una tras otra). Lo cuenta usted muy bien. Gracias.

Anónimo dijo...

Eh! por fin escribes! desde un EasyCafé, o algo así? el centro está plagado..
jajaja! no me puedo creer que te guste más Portobello que Camden!!!!
Aprovecha estos días, que luego no querrás volver! móntate algo en plan '9 songs', que recuerdes para siempre. Y ve a algún concierto en la Brixton Academy! el ambiente es genial ;)
No intentes no arrepentirte de nada.
Y cuando vuelvas, a ver si te veo el pelo!!!
un mogollón de muxus!