sábado, julio 15, 2006

De varias cosas que son pequeñas

1.


Las moscas son
último resto
de estos parajes.
Desean encontrar entre ellos
Tesoros,
esos que los humanos hoy
vemos como basura
inmunda
y ayer
mientras nos revolcábamos en ella
pensábamos eran flores.
Hedor de fin
de fiesta
y melomanía
Resquicios cabales
de inconsciencia querida.
Las carcajadas están
pisoteadas
como cristales
en el pavimento,
en el vertedero donde hoy
revolotean las moscas.

Hoy ya no queda nada en esa calle. Esperando a que bajase una amiga del portal donde hace dos noches casi no podíamos entrar, hoy ya sólo moscas y pegamento en mis suelas. El sol sigue en lo alto después de una enorme granizada que se llevó poco a poco los momentos que durante esta semana habíamos vivido en estas mismas calles.
Las moscas no descansan durante el verano.
Para ellas ahora llega el manjar.
Para nosotros, los días dormidos.

2.

Moi.
De nuevo volvió la frivolidad que había perdido. Tras meses de cordura (o locura enlatada) vuelvo a mi ser original de corazones de hojalata, pensamientos de inconsciencia y guiños de juguete.
Dejo debajo todo ese torbellino profundo y romántico que como un agujero blanco
(love is a big white hole) es lo que realmente coresponde a mis sentimienntos, a mi verdadera persona.

Sin embargo, disfruto de esta frivolidad como un niño chico disfruta de la recuperación de una golosina.

Y ROMPO y de nuevo la independencia existe para mí... quizá sea una ensoñación momentánea, pero me he dado cuenta de que este grito que he dado ha sido un gran paso adelante.

Es como si tras tanto tiempo hipnotizada hubiera movido rápidamente la cabeza, como despertando de un letargo y, volviendo a tomar un poco de fuerza después de tanta autocompasión, hubiera vuelto de nuevo a tomar mis riendas.

De manera que hago mis maletas y me marcho (recuerdo una historia que una vez escribí con esta misma frase... hace unos cuantos años ya... qué cosas! Estará mi vida siempre ligada a las maletas y el viajar... o huir...????).






3. El Viaje.

Me marcho sola. Pero sí pienso en la vuelta. Sólo es un poco de libertad, de independencia total. Y tengo tantas ganas, que si por un casual perdiera mañana mi autobús, haría dedo al final del mundo si me fuera posible.
Tres días de viento nuevo sobre mi cara, de humedad que se pegará a mi cuerpo junto al salitre, ¡de pelos huecos cual melena de león! De observar otras vidas y pasear sin rumbo por las calles estrechas que serpentean intentando huir del calor.
Me llevo mis cámaras, mi música, mis cuadernos (y la frikada de los autodefinidos, si ¿qué pasa? son 6horas de viaje!!)... y ganas de volver a ser yo. De nuevo. Por mi propio pie.

Creo que, además del despertar que me hizo el otro día el dejar las cosas bien claritas por fin, este poner rumbo a Barcelona (sí, me voy allí) va a ser el arranque de la persona que había perdido.


EPÍLOGO: Dedicado al Niño Olvido
Y no sé por qué tuve que perderme justamente cuando creía que podía ser más feliz... Justo cuando estaba contigo... quizá no sea la ANSIEDAD que da la felicidad la que yo necesite por ahora...

Ha sido un gran esfuerzo desprenderme de todo lo que me has dado.

¡Aun tenemos tanto y tanto por descubrir!
Ojalá te hubieras cruzado conmigo en aquellas escaleras cuando yo ya había crecido lo suficiente (queteque).


Hoy la canción es cualquier melodía de Erik Satie... me inspira a estas horas de la mañana desde que lo he descubierto!
Piano.

1 comentario:

Hiporosa dijo...

gracias por acordarte de mí.
Yo también iba, en aquellos tiempos menos libres, a Ibiza, barcelona, madrid, etc. Siempre solo.
Algún día nos veremos
Mientras, y luego, vive: te seguiré en este sito, al menos.
Te dejo también que me leas y critiques