lunes, abril 10, 2006

De mis pequeñas dudas y eso



...Un día quiero dejar el mundo entero por tí, la misma noche me aburro y no eres para mí...

Hoy la cita melódica que siempre cierra esta página, abre mi discurso.
Sí, hoy va de sentimientos. Hoy recurriré a la nostalgia. (Se va a teñir de rosa el lugar).

Porque tengo pocos años a mis espaldas y muchos, espero, por vivir, y, como decía la protagonista de la película que ví este domingo: "nosotros somos responsables de todo lo que nos sucede en esta vida. Somos responsables de nuestros actos. Si parpadeo, soy responsable; si muevo mis manos, soy responsable..." hasta las cosas más nimias pertenecen y conforman nuestra persona. ¡Somos nosotros quienes marcamos nuestro camino! ¡Vivir nuestras vidas!
Por eso. Por eso no sé hasta que punto las decisiones que estoy tomando ahora mismo me van a llevar por el camino que desearía.

¿Es imposible querer tanto a alguien y a la vez dudar de si estás enamorado?

Porque sucede que no puedo pasar un segundo sin que venga Aquel a mi cabeza y sin embargo a su lado todo es conocido ya... Y sufro al sentir que ahora soy yo la que quiere más a Aquel que Aquel a mí, al notar que las cosas se están enfriando y verlo distante, pero a pesar de todo, al tenerlo a mi lado, me vienen infinitas dudas de qué es lo que realmente deseo. Y remoloneo ante cualquier atisbo de novedad. ¡Yo! me vuelvo aburrida...

(Quizá sea que no ponemos lo suficiente de nuestra parte... porque los dos en el fondo nos preguntamos qué es lo que hay)

Porque tenemos tan pocos años... y amamos tanto la aventura, ¡la vida!...

¡Pero es imposible pensar verle en brazos de otra! ¡El ataque del cocodrilo mataría a esa lagarta! No podría soportar no ser yo quien ocupa sus sueños. (Me trago esas lágrimas de impotencia que notas en la garganta cuando reprimes lo inevitable y pican al bajar).

Entonces

¿Cómo se puede tener nostalgia de algo que todavía no ha acabado?
Pero yo hecho de menos esas canciones que oíamos de fondo y que en la oscuridad parecían la banda sonora de una película, de estas que te hacen sonreír (sobre todo en esos días en los que el ochenta por ciento de mujeres desearíamos ser hombres y un veinte, la mitad de ellas coaccionadas por el jurado y la otra mitad sobornadas por esa gran empresa, es feliz de ser mujer). Añoro esos mensajes absurdos en el contestador cuando nos aburríamos, las visitas de madrugada porque Aquel no podía dormir y yo tenía conversación para rato...

Y es entonces cuando surgen estas canciones tan básicas que ponen en la 'radiofórmula' con las que te sientes tan imbécilmente identificada que te ponen la piel de gallina y te permiten asentir y soltar una lagrimilla, que a veces también tragas, ¡por las verdades que están diciendo! ...y te das cuenta de que tu "problema" es tan típico, que es inútil intentar encontar una conclusión inteligente que te haga sentir que has hecho lo correcto.

No podemos alimentarnos a gusto de todas nuestras personalidades. Somos excesivamente complejos. ¿Dejar que el tiempo o la distancia sean quienes decidan? tristemente 'yo soy responsable de mis actos. Yo marco mi vida'.

...

[Y mientras yo escribía sobre este inquietante, típico y banal problema, unos 150 niños habían muerto en el mundo de hambre. Ya nunca iban a tener la posibilidad de plantearse nada respecto del amor en la juventud.]


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