martes, febrero 21, 2006

Antes de que caiga la noche

Antes de dormir, hablar de esas pequeñas cosas:

Un bostezo mirando al techo,
una pelusa que ves en perspectiva y piensas "mañana quitaré!"
un papel bajo la mesa de estudio. Seguramente sea propaganda de esas que tanto me gusta coger de todos lados y luego no sé qué hacer con ella porque me da pena tirarla,
Segundo bostezo mirando a un lado. Se me cierran los ojos, pero mi mente no para de pensar.
Estoy cerca del suelo. Mi cama no tiene patas. Desde aquí abajo es más fácil percibir los olores que inundan la habitación: del más lejano al más pegado al suelo, incluído mi propio olor.
Siempre han sido los olores. Es algo que nos acompaña a los que tenemos mal la vista. Parecemos sabuesos. Como un Grenouille cualquiera protagonizamos nuestra propia historia de "El perfume" y nos dejamos guiar y a veces herir por este sentido tan desarrollado.



Tengo frío. Me acurruco y ya no sólo son los bostezos, también me acompañan los párpados hacia abajo. Ya no existe sólo la oscuridad de la habitación sino la de mi propio sueño... placentero... hasta mañana temprano. Día denso (y fin de exámenes).

"Close your eyes close your eyes and relax think of nothing... tonight"


Buenas noches... (a quien quiera recibirlas de mis labios)

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